Señor Presidente: en esta nueva faceta de su accionar político, hacerse el duro, el vehemente, nos asombró la enjundia con que manifestara “estoy caliente” frente a los funcionarios del mejor equipo de los últimos 50 años.
¿Podría haberse manifestado de esa manera frente a los 400.000 argentinos que perdieron su trabajo en 2018? Ellos sí que deben estar calientes y mas si lo escucharon el primero de marzo frente a la Asamblea Legislativa afirmar que se habían recuperado 700.000 puestos. Algo no va.
Según sus propios números la desocupación ha llegado a 1.750.000 personas. Estos sí deben estar calientes.
¿Podría haberse mostrado así de caliente frente a los poseedores de un crédito UVA, a los que la inflación les llevó su cuota mensual a un 30% y 40% mas de lo que abonaban? Ellos sí deben estar calientes.
¿Podría haberse mostrado así de caliente frente a pequeños y medianos comerciantes? Solo en enero cerraron 82 comercios por día en CABA y el conurbano bonaerense, cerca de 10.000 desocupados más, ni le cuento en el interior del país. Estos sí que deben estar calientes.
Cuando lo escuchamos decir que creció la economía, bajó la inflación, que aumentaron las inversiones y las exportaciones, que bajó la pobreza, que hay que “remar un poco mas”, “sin llorar”, que está cansado de la mentira; el discurso falaz, eso sí que calienta: a los que menos tienen, a los que la reman todos los días, a los que lo votaron y hoy están decepcionados, a los que no lo votamos e intentamos ayudar.
¿Podría haberse manifestado así de caliente frente a los trabajadores? Que han visto que en 2016 se fugaron 9.951 millones de dólares; que en 2017, U$S 22.148; que en 2018, U$S 27.230. Un total de 59.329 millones de dólares en tres años de mandato.
¿Podría haberse manifestado así de caliente frente a las autoridades del FMI, a quienes ha vuelto a “mendigar” (el mismo día que huía el presidente del Banco Central) que nos “ayuden a salir del pozo” en el que caímos por su incompetencia y desaprensión? Lo dudamos, no lo hemos visto nunca ponerse de pie frente a los poderosos que nos dominan.
Señor presidente, los argentinos tenemos tantas razones para estar calientes… pero, como dice la frase popular: “el que se calienta pierde”. Así lo entendemos. Siga caliente, muy caliente; en octubre el pueblo sin prisa pero sin pausa buscará la alternativa para cambiar la historia.
Acuérdese: “el que se calienta pierde”.
Movimiento 21