Por Eduardo Rollano | Murió Juan Carlos Dante Gullo, con su ida el mundo es un poco mas pequeño para nosotros, los jóvenes de los 70.
Me llevaba algunos años, por lo tanto, verlo allí, en la cancha de Atlanta al lado de Cámpora, el Tío, en uno de los actos finales de la campaña del 73, era como ver a un ídolo. Uno de los nuestros había llegado, con él, todos nos sentíamos allí arriba. Ni te cuento cuando vino a nuestro acto en la unidad básica La Hora de los Pueblos de Colpayo y Avellaneda, en los días previos a la vuelta definitiva del General a nuestra Patria.
El Canca era de este lado de Rivadavia, de Picheuta y Cobo, un tipo querible,de barrio, guapo, canchero con los soberbios, humilde con los sencillos; si alguna macana se mandó en su vida, diez veces la pagó con su martirio.
Ya en Democracia, me tocó compartir con él una sonada derrota interna; junto a Julio guillán y Tito Raijer nos enfrentamos al oficialismo partidario. Perdimos y seguimos, nos caímos y nos levantamos juntos para continuar intentando transformar lo posible.
Como éramos vecinos y con algún hijo de edades comunes, nos encontrábamos en el Parque Chacabuco, en la calesita de Tatín, viendo como nuestros pequeños daban vueltas y vueltas a la espera del futuro. Siempre la ironía, el humor, la frase justa sobre tal o cual situación de nuestro Movimiento.
Alguna vez almorzando en en una parrilla de Centenera y Eva Perón me confesó su admiración por Cristina, me contó de su emoción al escucharla, de su compromiso con la gestión. Me dio la impresión que había revivido, desde allí le tocó ejercer la defensa del gobierno desde la Legislatura de la Ciudad y desde el Congreso Nacional.
Respetado, querible , democrático, discutidor apasionado, siempre siguió siendo el joven Gullo, a pesar de los años, siempre identificado con la maravillosa juventud de otrora, siempre escuchado por la muchachada de varias décadas para acá.
La llamada nueva política nunca podrá sustituir al trato directo con el pueblo, al abrazo, a la pasión de luchar por las justas causas, al diálogo sincero con el compañero. El Canca era eso y mucho mas.
Con tu ida, muchos jóvenes de la cabeza como vos, también nos estamos bajando del palco. Sin vos ha quedado un espacio sin cubrir en la fila. El peronismo ha perdido un soldado. Una lágrima mas…