Por Humberto Roggero * | Según el Brookings Institute, el 40 por ciento de los empleos actuales estará en peligro de extinción en un futuro cercano, entre 2020 y 2030. Es indispensable trazar estrategias para asimilar el impacto de las nuevas tecnologías propias de la sociedad del conocimiento.
No pasa una semana sin una novedad importante en el mundo de la tecnología, sea en aplicaciones (apps en el lenguaje millenial) para los teléfonos inteligentes (smartphones), en cuestiones médicas, biotecnológicas o en nanotecnología, o de los diferentes campos de la inteligencia artificial, que convergen en el “Internet de las cosas” , la robótica, que ahora substituye con eficiencia y eficacia al hombre en tareas complejas (ya no simples rutinas), la impresión 3D, que permite desarrollar, partiendo de un determinado material, desde órganos de reemplazo humano hasta el ensamblado completo de un vehículo, y también los avances en la dirección de lograr vehículos autónomos y semiautónomos conducidos por múltiples sensores.
Avanza el dinero virtual, no físico. Varios países nórdicos tienen en sus planes la eliminación total del papel moneda antes del 2020. Cada vez es más simple utilizar home banking para efectuar transacciones. Inclusive las apps de los smartphones están preparadas para combinarse con la computadora y la tablet de manera tal que la interconexión sea permanente y en la realidad el horario bancario sea las 24 horas.
El llamado e-commerce ha crecido exponencialmente.
LA ESENCIA DE LAS EMPRESAS TECNOLÓGICAS: DISRUPTIVAS
Estas empresas tecnológicas (compuestas por las principales redes sociales, buscadores y tiendas online) sobresalen por un aspecto central, definido y único: no poseen activos tangibles o son poco significativos. Valen por lo intangible: capacidad de innovación, diseño del negocio, capacidad del management, potencial de crecimiento.
Este tipo de firmas integran lo que se denomina ondemand o economía colaborativa, que permite acercar oferentes y demandantes en nuevos formatos de propiedad o consumo que de otra manera no lo podrían hacer. Se caracterizan por ser disruptivas, ya que atacan modelos tradicionales de negocios como la industria del turismo, hotelería, automotriz, taxis, aviación, gastronomía, reclutamiento de personal, grandes tiendas comerciales, etc. Esto llegó para quedarse. Estas empresas son globales y su modelo de negocios, si bien nació y se desarrolló fundamentalmente en los Estados Unidos, está replicado en Europa, China, India y otros emergentes.
Estos emprendimientos requieren inicialmente poco capital, ya que intermedia entre oferentes y demandantes, utilizan escaso personal propio, no pagan impuestos ni cargas laborales y prometen ingresos adicionales a propietarios de recursos ociosos (propietarios de autos particulares, de casas o departamentos, profesionales, técnicos o personas de diversas calificaciones) y los ligan a quienes los demandan.
Este nuevo modelo de negocios reemplaza al vertical integrado de la época de pre y segunda posguerra mundial, que tenía casa matriz y filiales y subsidiarias que repetían el esquema organizacional. Este modelo de trasnacional (ET) generaba mucho empleo propio e indirecto, a través de proveedores con desarrollo dependiente.
A partir de las décadas del 80 y 90, con los avances de TICs, mejoras en el transporte, apertura comercial e irrupción de los países emergentes, especialmente China e India, produjo una deslocalización de cantidad de plantas, que aprovecharon el diferencial de costos que implica una mano de obra barata, de rápida capacitación y con escasa presencia sindical. Después, esa modalidad se transfirió a los servicios.
Esta etapa marcó también el auge de las denominadas cadenas globales de valor (CGV) y supuso una fuerte transferencia de empleo de países desarrollados hacia los emergentes. Los países desarrollados, más aquéllos de gran capacidad innovadora, como EEUU, Alemania, Japón, Francia, Corea, Canadá, Suecia o Israel, mantuvieron y acrecentaron su desarrollo de diseños, marcas, supervisión y coordinación de las redes de las CGV, su logística y transporte.
CONVERGENCIA TECNOLÓGICA: ECONOMÍA ONDEMAND, ROBÓTICA Y OTRAS NOVEDADES
La velocidad de este nuevo proceso, que erosiona al modelo anterior, depende de diferentes factores. El primero es precisamente la economía ondemand, porque en ella está la parte central de los cambios tecnológicos y porque en sí misma representa la ruptura de la relación capital-trabajo. Genera el tipo de empresa disruptiva por excelencia de los modelos de firmas preexistentes, determina una relación laboral temporaria .
La robótica avanzada y la digitalización de los procesos productivos hacen posible que ya existan plantas a oscuras. También que una de las principales marcas de calzado deportivo haya decidido montar nuevamente una planta en Alemania y estudie volver a Estados Unidos, ya que no vale la pena seguir en Vietnam o Malasia por mucho tiempo, si en definitiva el diferencial de mano de obra perderá significación y pasará a tener importancia, como en el pasado, encontrarse cerca del mercado del consumo.
Los robots son excelentes auxiliares de oficina, pero también pueden ahorrar mucho en salud, mediante el establecimiento de sensores a distancia entre el médico y el paciente. En educación, las plataformas digitales han avanzado mucho y ha crecido la modalidad a distancia, mediante la preparación de cursos virtuales. Esto ha permitido extender y ampliar la curricula a muchos alumnos que de otra manera no lo podrían hacer y permitido que profesores de excelencia puedan transmitir su conocimiento a una mayor población estudiantil.
TRABAJO Y EMPLEO EN LA SOCIEDAD DEL FUTURO CERCANO
Según el Brookings Institute, un porcentaje sustancial de los empleos actuales, 40 %, estará en peligro de extinción en un futuro cercano, entre 2020 y 2030. Una estimación sobre el mercado laboral 2012-2022 en EEUU, indica que crecerá al 0,5 % anual, creando sólo 15,6 millones de nuevos puestos. Más de un tercio corresponderá a salud y asistencia social, 3,5 millones a servicios profesionales, 1,6 millones a construcción y luego, con porcentajes bajos, finanzas y educación. Decrecen los empleos en la industria, el sector estatal empleo estatal, informática, minería, agricultura y trabajos de oficina.
La creciente disconformidad social en países europeos y Estados Unidos, que toma como blanco a los inmigrantes (porque les quitan trabajo) y a los acuerdos comerciales, (porque permiten el ingreso de bienes con mano de obra de menor coste) no deja ver que es el factor tecnológico, con su dinamismo y capacidad innovadora, lo que transforma la forma de hacer las cosas.
Hay tres caminos cruciales para evitar males mayores en el mercado laboral. El primero es lograr que las firmas ondemand cumplan con requisitos mínimos tributarios, laborales y previsionales. El segundo es conseguir que informen sus operaciones en el territorio. El tercero es definir una figura de relacionamiento, que no va a ser la habitual capital/trabajo pero que establezca un mínimo de condiciones que deberán cumplir las firmas tecnológicas con respecto a su contratación de personas, propiedades, vehículos, etc.
¿Y POR CASA CÓMO ANDAMOS?
¿Dónde estamos parados en la Argentina, con respecto a los cambios que se avecinan y donde muchas de las empresas mencionadas ya están operando y otras nacionales compiten con esquemas similares? ¿Que nos indica la demanda de personal calificado: estamos fuera o dentro de las grandes tendencias?
Después del Modelo Nacional del General Perón, la Argentina solo vivió en políticas de coyuntura, resolviendo las urgencias y los incendios de cada momento, sin pensar en la estrategia y los objetivos para el futuro. El desafío de esta época, para la dirigencia en general y del peronismo en particular, es definir los nuevos rumbos de la Nación frente a la sociedad del conocimiento.
Entre los numerosos aspectos del Informe del Observatorio de la Deuda Social convendría destacar dos muy significativos. Uno es la enorme cantidad de empleo de baja calidad de la economía micro-informal, sólo para atender actividades de escasa productividad, alejada de procesos globales y capacidades competitivas. La segunda es una percepción pesimista de quienes tienen buenos empleos de que en el caso de perderlos serán escasas las chances de reponer algo similar.
Todo esto exige educar no sólo para las salidas laborales del futuro, sino para la comprensión y adaptación a un mundo del trabajo y de actividades diferentes, para situarnos en lo que surge como nuevo, conviviendo con parte del mundo laboral anterior.
El punto de partida clave está entonces en el sistema educativo. Requerirá un esquema de mejora continua para los docentes, con centros de experimentación y de excelencia diseminados en todas las regiones del país, con retroalimentación permanente de los cambios que se irán produciendo en la sociedad y con otros sistemas educativos. Este modelo es imprescindible para este cambio de época.
La docencia necesita un elevado nivel de reconocimiento social y económico, como lo era hace muchos años atrás en la Argentina y como lo es ya en los países que están en la vanguardia educativa. No hay más espacio para las actitudes corporativas defensoras del status quo, que han llevado a la educación pública a los gravísimos niveles de deserción y de abandono en los sectores que más lo necesitan.
Esta sociedad disruptiva, donde por primera vez la tecnología expulsa más mano de obra de la que absorbe, obliga a iniciar en el seno de la sociedad la discusión de los nuevos tiempos y de la verdadera nueva política que se avecina.
* El autor ha sido cuatro veces diputado nacional. Durante cinco años presidió el bloque justicialista de la Cámara baja. Fue embajador en Italia.